En el momento mas propicio.
Cuando los pájaros cantan.
El aire es liviano y sereno.
El cielo es naranja.
Un alama llora en un rincón
pues ha sido víctima de una tragedia
sin nombre. Ha perdido su ojo, pero no es tan simple
no es que pueda volver a reconstruirlo
o ponerse un parche y listo, sin que tiene un pincel clavado
en el ojo.
Terrible.
El pobre no sabía donde meter la jeta
se sentía tan humillado.
La única lunga a la que amó, le hizo semejante burla.
Lo peor, no puede pedir razonamiento a un loco.
Sabía que Giovanna era así, pero igual quizo intentar.
Inocente, eh.
Ahora lo sabe, su amada no tiene corazón.
Todas las noches su café se empapa y el firmamento se vuelve
un claroscuro.
El hombrecito irradiaba pigmentos negros, rojos y violetas
en descomposición.
Ahora de día esta en el bar, y de noche
con su petaca, vuelve a la plaza, el lugar de origen.
Dicen que nunca volvió a ser lo que era.
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