Caronte.
Era un lungo mayor
de ojos consumidos por el láudano.
Boca resquebrajada por el pucho.
Bigote prominente que hasta a Nietzsche
le daría envidía.
Leía diarios de todos lados,
como en los tiempos de revolución de Cortazar.
imprimidos por el mismo.
Pues se negaba rotúndamente
a comprarle a los simpáticos señoritos
del centro, esos, que se indignaban
porque no les comprabas el diario
del día, del pueblo
y encima quieren venderte revistas "de
interes cultural"
Minga!
Así llamaban a esas basuras que tienen
insulsas "ideas para decorar tu casa
ecológicamente". Idiotas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario