viernes, 11 de marzo de 2016

El despertar del Opiáceo

A Fabricio
Un ser surgió del arroyo
extraña cabeza pútrida
como si fuese barnizada
con tinta de moras.
Pegada a su piel mortecina
tenía algunas hojas de algas
y un poco de barro fresco.
Abrió sus parpados y sus labios
muy lentamente
dejando ver unas formas esféricas
de color verde musgo
hasta llegar
a los tallos
y ver con claridad tres hermosas
amapolas.
¡El flâneur perdido! ¡El boticario solitario!
¡Pero con qué gracia levita del arroyo!

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